"El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos" o el fin de la polémica

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La trilogía de la polémica, así podría definirse. Críticas, excesos, alargamientos, nostalgia y mucho dinerito embolsado. Todo ha llegado a su fin (y cuando digo todo, me refiero únicamente al Hobbit. Este universo da demasiado dinero como para que la industria no lo explote más).

Meterse en la sinopsis ya delataría algún que otro spoiler (eso sí, que estaba más cantado que nada), pero, hay una cosa clara: Peter Jackson no ha confiado en su historia. Y es que, a los 10 minutos de iniciar la película uno no puede dejar de plantearse una pregunta: ¿Era el cliffhanger de La desolación de Smaug realmente necesario? ¿Qué ocurre Peter? ¿Acaso pensabas que en la tercera parte no habría suficiente fuerza para que su historia llamase la atención? ¿Te has preocupado en poner alma, corazón y calidad? Parece ser que no. Y es que, aunque visualmente bien conseguida y con algún que otro asunto de interés, La batalla de los cinco ejércitos parece algo hueco, vacío y sin alma que quiere y no puede parecerse al  Retorno del Rey.

Y Peter, si no te has dado cuenta, te lo digo yo: la historia de Gandalf, Galadriel etc.. Y su descubrimiento del poder de Sauron le pegan mil vueltas a Smaug, Erebor y los enanos. Ya que ibas a estirar el chicle, podrías haberlo hecho por ahí. Eso sí, enhorabuena. Porque ver a Christopher Lee en acción como Saruman con más de 90 años es una auténtica delicia.  Aun así, dos minutitos de escena y volvemos a Erebor para no movernos de allí.

Hablando de Gandalf, un personaje épico, aquí nada explotado. Está porque tiene que estar. Lástima. Parece que a estas alturas tanto el equipo técnico como el artístico ya estaba un poco cansado. Seguramente ya sabían cuál era el fin de la trilogía. Hay guiños a las posteriores entregas, pero alguno que otro quizá está metido demasiado a presión ("Ve a cierto sitio y busca a cierta persona hijo de cierto hombre y que allí se le conoce como X..." Si no lo decían, reventaban).

         
Y el final, no está mal de todo, pero le falta algo. Quizá una pizca de brillantez o algo que nos haga sonreír. No sé, algo se echa en falta. Y es que, es absolutamente inevitable acordarse de la primera trilogía, una joya inigualable. Sabemos que El Hobbit es un cuento para niños, pero esa excusa no vale si tenemos en cuenta la duración del mismo y la explotación cinematográfica que ha tenido. En resumen, El Hobbit, en su conjunto, no está mal, pero le pesa de donde proviene. Y La batalla de los cinco ejércitos tiene el mismo problema que sus dos predecesoras. Aun con todo esto, no es una mala película, pero algo hecho con más cariño y en conjunto con menos duración habría sido más acertado. 

Puntuación de CINEREW: 6 sobre 10


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